Javajan

Detrás de una web

Esta semana hemos estrenado web y mediante este post, queremos compartir con vosotros (a grandes rasgos, que nadie se ponga nervioso) la experiencia que conlleva ser tu propio cliente.

Una experiencia merece la pena remarcarlo, altamente recomendable por el inesperado, pero provechoso aprendizaje que implica todo el proceso tanto a escala personal como profesional.

Necesitamos una web nueva

Ha sido la cantilena (justificada y recurrente) del equipo de ventas desde hace más o menos un par de años.

Ahora no tenemos tiempo

Ha sido la cantilena conjunta (justificada y recurrente) del equipo de marketing y desarrollo.

Unos querían una web nueva para ayudar a obtener clientes, para mejorar la experiencia de usuario y para disponer de un comercial 24h / 7d que ayude con la siempre difícil puerta fría. Una web para romper el hielo vaya.

Los otros se excusaban diciendo que no daban alcance y que priorizaban los proyectos de los clientes pero claro, congelando perpetuamente todas las propuestas internas de mejora habidas y por haber.

Curiosamente, todo el mundo quería lo mejor para nuestros clientes, pero mientras unos reclamaban ayuda para romper el hielo, contradictoriamente, los otros no hacían más que producir hielo sin cesar.

¿Quin dilema, verdad?

No, más bien qué aprendizaje. Y es que las empresas, talmente como los padres y madres con sus hijos e hijas, suelen estar tan enfocadas en satisfacer sus clientes que la mayor parte de las veces no se dan cuenta que satisfacerse a ellos mismos es a su vez una manera de satisfacer también a sus clientes.

¡Y no! No todo se reduce a seducir el reloj, haciendo, valga la redundancia, “manitas con sus manecitas” a fin y efecto de robarle tiempo. No, también hace falta inspiración, inspiración para poder ver la famosa luz al final del túnel.

¿Cómo hemos conseguido romper el hielo y dejar de producirlo? ¿Cómo lo hemos hecho para ver la luz al final del túnel? Pues con nuestro logo. Ni más, ni menos.

Un logo que todo sea dicho, estuvo en el punto de mira porque algunos lo veíamos obsoleto y poco representativo (y que todavía hoy no descartamos modernizar), hasta que durante una conversación anodina se nos explicó a unos cuántos de nosotros su origen y su significado.

A partir de aquí todo fue mano de santo. Justamente lo que queremos ser para nuestros clientes.

Y ahora tenemos una web en la cual todos estamos representados (clientes, ventas, marketing y desarrollo) pensada para que la gente surfee, por qué de webs para navegar hay muchas, pero de webs donde puedas surfejar igual no hay tantas.

Sí, un momento, ahora os lo explicamos:

¿Cuál es la diferencia entre surfear y navegar por una web? Muy fácil, cuando surfeamos, se nos dibuja una sonrisa en la cara, justamente como la que ahora se dibuja en la tuya.