Querida idea, que andas salvaje y vestida de rayas por la cabeza de alguien, llamando a la puerta de todos los pensamientos para ver si cobras vida. No te desanimes, sigue insistiendo. Sigue persistiendo. Lucha. Tarde o temprano llegará tu momento.
La idea que no trata de convertirse en palabra es una mala idea, y la palabra que no trata de convertirse en acción es una mala palabra. [Gilbert Keith Chesterton]
Sé a ciencia cierta que es duro. Que galopar por la estepa del cerebro de una persona esperando una oportunidad es desesperante. Que arraigar en tierra yerma es complicado.
Qué quieres que te diga, ya irás viendo que a los humanos les apasionan las modas. Así es nuestra vida querida idea. Unas pocas veces nos ignoran y unas muchas veces nos abandonan a nuestra suerte. Tú se resiliente. No desfallezcas.
Estate siempre lista para salir a escena, abierta en todo momento como un súper paquistaní. Ensaya aunque no haya fecha para la actuación. Perdura original, indómita y auténtica. Conserva intacta la chispa que te hace diferente.
Sí, ya sé que te da miedo caer en el olvido. Que has leído a Santiago Ramón y Cajal y lo de “Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas.” Pero créeme: no será tu caso. Si hace falta hazte pesada como los de las llamadas spam y verás cómo al final la cabeza de tu alguien te acabará escuchando.
Mírame a mí, yo un día también fui una idea, de bombero, alocada, transgresora, pero seduje unas cuantas neuronas ¿o igual les llené la cabeza de pajaritos? Y aquí estoy, sobreviviendo en un mundo feroz donde en muchas ocasiones, las ideas tenemos una esperanza de vida más corta que la de un mosquito.
Intentando, como dijo Oscar Wilde, «Ser yo misma, porque todas las demás ya están pedidas» pero consciente de que no puedo vivir de renta por lo que un día fui. Reinventándome constantemente para no quedarme anticuada, estancada u obsoleta.
¡Sigue galopando en la cabeza de tu alguien querida idea y cuando estés a punto de tirar la toalla si hace falta cuélate en algún Brainstorming aunque no te hayan invitado! Y cuando veas la luz hazme caso: ¡Cómete el mundo o el mundo se te comerá a ti!
Por cierto querida cabeza de alguien donde galopan las ideas, Mark Twain quiere decirte algo: «Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa«. No des la espalda a tus ideas pues todas tienen cuerpo de proyecto.
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